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Convertirse en el creador de su vida: la canción anamnésica como objeto flotante terapéutico


Introducción

Gracias a los avances tecnológicos - sobre todo la posibilidad de crear rápidamente canciones personalizadas en diferentes idiomas y estilos musicales mediante la inteligencia artificial - ha surgido una nueva herramienta terapéutica: la canción anamnésica. Se trata de una canción creada a partir del relato de la vida de un paciente, integrando elementos autobiográficos, metáforas simbólicas y un estilo musical en resonancia con su cultura original. Esta puesta en música de la vivencia del paciente da origen a un objeto tercero singular, que denominamos objeto flotante.


En terapia sistémica, un objeto flotante designa un soporte simbólico co-construido, perteneciente a un espacio psíquico intermedio compartido entre el paciente y el terapeuta. Sirve de mediador en la relación y facilita la comunicación de contenidos sensibles que, de otro modo, serían difíciles de abordar (Papadopoulos, 2002). La canción anamnésica se inscribe precisamente en esta perspectiva: como objeto flotante transcultural, crea un puente narrativo entre el mundo interno del paciente y el espacio terapéutico, respetando los referentes simbólicos de su cultura.

Trabajos recientes confirman la eficacia de la integración de la psicotraumatología: en un programa de musicoterapia por composición de canciones con supervivientes de conflictos, las tasas de ansiedad, depresión y estrés postraumático­ han caído drásticamente (Bitenga Alexandre et al., 2025).

Ilustramos aquí el impacto terapéutico de la canción anamnésica a través de tres casos clínicos contrastados: DN, MC y MY, las tres migrantes que viven situaciones de angustia psíquica aguda. Cada canción ha sido elaborada en la lengua materna de la paciente, en un estilo musical elegido con ella, como un trabajo a dos manos en el marco seguro de la consulta. Este proceso compartido constituye por tanto una forma de creación común, encarnando el vínculo terapéutico.


Caso de DN: Función integrativa en un PTSD complejo con alucinaciones

DN, de 35 años, de América Latina, está siendo atendida en un hogar para mujeres víctimas de trata. Su trayectoria está marcada por la violencia sexual grave, la prostitución forzada, las pérdidas afectivas precoces y una migración traumática. En el momento de su ingreso, presentaba un cuadro de trastorno de estrés postraumático complejo (TEPT-C) asociado con un episodio depresivo mayor con síntomas psicóticos. Experimentaba alucinaciones auditivas con un tema suicida, pesadillas violentas, disociación importante e ideas de persecución. Su narración estaba fragmentada, marcada por silencios, confusiones temporales y afectos crudos.

En este contexto, la canción anamnésica ha permitido volver a dar una forma narrativa a su historia fragmentada. Actuando como un contenedor simbólico, le permitió escuchar una versión coherente de su relato, cantada con dulzura y estructura. Esta canción fue vivida como un objeto externo tranquilizador y transformador, facilitando la mentalización y reduciendo los fenómenos de despersonalización. La dimensión musical contribuyó al apaciguamiento fisiológico (a través del sistema nervioso autónomo), permitiendo a DN tolerar la evocación del trauma sin reactivación intensa.


Caso de CM: Función reconstructiva y subjetivación biográfica

MC, una española de 65 años que vive en Suiza desde hace más de 40 años, consulta a un médico por una grave depresión postjubilatoria. Su historia está marcada por una infancia en un entorno rural rígido, donde reinaban la ausencia de afecto, el alcoholismo parental y el sentimiento de soledad existencial. Muy pronto investida de responsabilidades domésticas y emocionales, adoptó un esquema de auto-supresión en favor del deber familiar. Desde su retiro, MC expresa un profundo colapso subjetivo, hecho de vacío, anedonia, ruminaciones y trastornos psicosomáticos.

En este caso, la canción anamnésica - creada en español y con un estilo musical que le gusta - ha permitido volver a insuflar sentido a su relato de vida. Al construirla juntos, hemos revalorizado experiencias hasta entonces percibidas como únicamente dolorosas, subrayando su capacidad de resistencia, su generosidad y su orgullo mudo. Para MC, escuchar su propia historia puesta en música, acompañada por una melodía familiar, produjo un profundo efecto de reconocimiento. Este trabajo ha sostenido una reconstrucción identitaria, reactivando su deseo y restituyendo una coherencia afectiva a su recorrido.


Caso de MY: Simbolización del trauma y recuperación de la iniciativa.

MY, mujer marroquí divorciada, se enfrenta a una situación de precariedad y aislamiento extremo. Víctima de violencias conyugales repetidas, sufre un PTSD crónico (F43.1) y un episodio depresivo moderado. En las primeras consultas, presenta una ansiedad somática mayor, pérdidas de memoria episódicas y una carga culpabilizante abrumadora. Ella se vive como invisible, olvidada, sin derecho a la palabra.

En una sesión, la imagen de un vestido blanco manchado emerge del terapeuta como propuesta simbólica. MY lo capta inmediatamente, lo integra y comienza a invertirlo afectivamente. Esta metáfora se repite luego en una canción que tiene que limpiar. Esta metáfora se repite en una canción creada en árabe marroquí, en un estilo musical tradicional. Esta simbología poética del trauma le permite representar la herida sin sufrir una reanimación directa. El acto mismo de escuchar una melodía familiar, que contiene su dolor y sus palabras, la reconecta a una identidad cultural y a recuerdos positivos. Progresivamente, integra la idea de que puede ser actriz de su reparación: «¿Si no lo hago yo, quién lo hará en mi lugar?». La canción juega aquí un papel de espejo simbólico, apoyando una postura de recuperación de la iniciativa.


Síntesis transversal e implicaciones terapéuticas

En estos tres recorridos, la canción anamnésica se impone como un dispositivo terapéutico multimodal, movilizando simultáneamente la memoria autobiográfica, el imaginario poético, el cuerpo (por el ritmo, la voz, la escucha) y el afecto. Constituye un objeto mediador único en su género, cuya utilización ofrece múltiples funciones terapéuticas complementarias. Permite, en particular:

•  Contener lo indecible: Al ofrecer una forma narrativa y estética a experiencias traumáticas inexpresables, la canción crea una distancia simbólica protectora. El lenguaje metafórico y la relativa dulzura de la música permiten la expresión emocional sin forzarse - donde una evocación cruda del trauma podría ser demasiado invasiva. Como en la hipnoterapia, la metáfora poética (por ejemplo el "vestido manchado", imagen del terapeuta y apropiada por la paciente MY) sirve de pararrayos al material traumático, haciendo que su inicio sea tolerable y propicio a la transformación terapéutica.

•  Restaurar una narración de identidad: Al volver un hilo conductor a la historia personal, la canción anamnésica ayuda al paciente a reestructurar el relato de su vida. Los momentos clave de su recorrido se reorganizan en una continuidad temporal y emocional que tiene sentido, lo que le permite representarse a sí mismo en el tiempo (pasado, presente, futuro) de manera más coherente. Esta reapropiación autobiográfica contribuye a la (re)construcción de una identidad más integrada y resiliente, donde el sujeto puede reconocerse como autor de su historia más que como objeto sacudido por los acontecimientos.

•  Reforzar la alianza terapéutica: La co-creación de una canción única y personal establece un clima de confianza y complicidad entre el paciente y el terapeuta. La canción es percibida por el paciente como un don singular, una marca de atención auténtica donde el terapeuta da testimonio de una escucha profunda. Este regalo inmaterial sorprende y toca, sacudiendo positivamente el marco terapéutico clásico. Humaniza la relación y puede activar un apego seguro basado en el reconocimiento mutuo.

•  Integrar la dimensión transcultural: Cada canción se realiza en la lengua materna de la paciente y en un estilo musical elegido conjuntamente. Este trabajo co-construido permite aprovechar los referentes culturales del paciente (imágenes, símbolos, expresiones idiomáticas, tradiciones musicales), ofreciendo así un verdadero puente narrativo intercultural. Esta reafiliación identitaria sensorial y afectiva contribuye a restaurar un sentido de pertenencia, continuidad y dignidad.

•  Estimular la actividad y los recursos: Al compartir su relato, elegir el estilo, algunas palabras o validar la metáfora central, el paciente se convierte en coautor del objeto terapéutico. Es actor de su narración y de su transformación. Esta postura activa refuerza su sentido de eficacia personal, valoriza sus competencias y sus recursos de supervivencia. La canción se convierte así en un acto de auto-reconocimiento y esperanza, un ancla hacia el futuro.

En el plano clínico, esta mediación por la canción constituye una forma original de terapia transcultural integrativa, adaptada a los contextos de migración, ruptura familiar y trauma complejo. Al transformar el sufrimiento en forma poética compartida, permite que el sujeto vuelva a ser el creador de su vida, capaz de llevar una mirada nueva sobre su historia e imaginar futuros habitados por un sentido recuperado.



•  Bitenga Alexandre, A., et al. (2025). Bouncing back after trauma: Music therapy, gender, and mental health in conflict-ridden settings. Discover Mental Health, 5, 15. https://doi.org/10.1007/s44192-025-00137-1

•  Erikson, E. H. (1968). Identity: Youth and Crisis. New York : W. W. Norton.

•  Herman, J. L. (1992). Trauma and Recovery: The Aftermath of Violence—From Domestic Abuse to Political Terror. New York : Basic Books.

•  Papadopoulos, R. K. (Ed.). (2002). Therapeutic Care for Refugees: No Place Like Home. London : Karnac.

•  Winnicott, D. W. (1953). Transitional objects and transitional phenomena: A study of the first not-me possession. International Journal of Psycho-Analysis, 34, 89-97.


 
 
 

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