Carole aparece como una mujer marcada por el exilio y la pérdida, pero también sostenida por una fuerza interior que la hace erguirse incluso en medio del cansancio. Su llegada a un puerto desconocido, con lo poco que pudo salvar de su vida anterior, refleja tanto la fragilidad de quien ha atravesado el mar como la dignidad de quien no se rinde. El gesto de acogerla con un manto cálido se convierte en símbolo de esperanza, recordando que incluso en los instantes más oscuros, la humanidad compartida puede abrir una nueva posibilidad de comienzo.
Comentarios